¿Os imaginais a un grupo de ancianos plantando cara a un ejército entero? Pues ha sucedido, y no solo plantaron cara sino que salieron ilesos.
A la muerte de Alejandro Magno, no hubo un firme sucesor emparentado con él capaz de tomar las riendas del Imperio Macedonio. En su lecho de muerte Alejandro dijo: Krateroi, lo que podía tener dos significados en función de donde colocara la sílaba tónica: A Crátero (su general más importante pues tenía la mayor parte del ejército, pero no se encontraba en la tienda de campaña.) o al más fuerte (que fue lo que los demás generales quisieron entender).

La que nos interesa es la batalla de Gabiene en el 316a.C, donde se enfrentan Antígono, contra Eumenes.
Los Argiráspides eran la infantería de élite de Eumenes, una unidad invicta durante décadas. Sus soldados con una media de edad de unos 60 años, causaban pavor con que se escuchara que iban a entrar en batalla.
En el transcurso de la batalla, los Argiráspides quedaron encerrados en el centro de esta, pero formaron un cuadrado y gracias a su calidad y estrategia su enemigo tuvo que darlo por imposible.
Por otro lado, al comienzo de la batalla se levantó una gran nube de polvo producido por el choque de los elefantes enemigos. Lo que la caballería ligera de Antígono aprovechó para saquear el campamento enemigo (en el campamento se encontraban las familias de los soldados y sus posesiones, defendido ligeramente).

Y así fue como unos vejestorios cambiaron el transcurso de la historia, cumplieron con su trabajo y tomaron lo que les correspondía.
¿De verdad no les habían vencido nunca?
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