VASILI ARKHIPOV: EL HOMBRE QUE SALVÓ AL MUNDO
Que puedas leer
estas líneas se lo debes a Vasili Arkipov, el hombre que tuvo en sus manos el
destino del mundo y evitó la Tercera Guerra Mundial.
Si nadie puede
obtener una ventaja definitiva, y el otro bando es capaz de causar unos daños
intolerables, se establece un equilibrio hace inviable el ataque entre los
bloques. Es la disuasión nuclear.
Estados Unidos ha perdido la exclusividad de
la bomba atómica, desde 1949 La URSS también la tiene. Para 1962 son ya cuatro países los que
integran el club atómico. Ahora se trata de ver quien la tiene más grande, y
quien la puede lanzar antes sobre el enemigo.
En el año 1962 Estados
Unidos tenía 17 veces más misiles que la Unión Soviética y la capacidad de
mandarlos 5 veces más rápidos.
La administración de
Kennedy decide dar una vuelta de tuerca más y aparte de los 377 misiles
intercontinentales que poseen, colocan en Turquía misiles de alcance medio. Así
los misiles yanquis tardan tan solo 10 minutos en bombardear Rusia mientras que
a la inversa son 25 minutos. La respuesta del presidente ruso
Jruchchov, es tratar de equilibrar la situación ubicando una base de misiles en
Cuba. Porque como dice:
"Después de todo, los norteamericanos no nos
pidieron permiso para situar esos armamentos junto a la frontera de la
URSS". "Tenemos que
pagarle con la misma moneda –a los Estados Unidos-, darles a probar su propio
remedio, y obligarlos a sentir en su propio cuerpo lo que significa vivir
colimados por armas nucleares"
Para octubre de 1962 la operación Añadir
había instalado 25 misiles nucleares R-12 de 2000 km de alcance en el área de S. Cristobal, Cuba.
Un año antes, en lo que se dio en llamar
la invasión de la bahía de cochinos o de playa Girón, Estados Unidos trató de
deponer al gobierno de Castro mediante una operación militar de los cubanos
exilados apoyados por Estados Unidos. En 67 horas Castro acabó con la amenaza.
La URSS le había puesto sobre aviso a través de su embajador en Méjico.
Tras el fiasco, la CIA comenzó la llamada
operación mangosta, promoviendo la desestabilización del gobierno procomunista
cubano.
Fidel Castro ve en la ubicación de la base de
misiles nucleares, la solución para que no pueda haber un ataque estadounidense
en la isla.
Kennedy había sufrido un desprestigio político
muy importante con el fracaso de la invasión y no iba a permitirse otro nuevo
descalabro en su imagen y mucho menos con una amenaza nuclear a las puertas del
territorio estadounidense. Si Jruskov había tragado con la amenaza de la
instalación de la base de misiles en Turquía,
esto era inadmisible para los estadounidenses.
Cuando
se da la voz de alarma y se confirma la presencia de los misiles, inmediatamente
Kennedy decreta el bloqueo a Cuba. La marina de guerra cierra el espacio marítimo, negando
el acceso a la isla. Es el 20 de octubre. Si los navíos soviéticos fuerzan el
bloqueo, la guerra estalla.
20
cargueros se dirigen a Cuba con más material, les acompaña una flotilla de
submarinos provistos de armamento nuclear.
18
de los cargueros se dan la vuelta, dos siguen adelante. El submarino B-59 que
los escolta es detectado por los barcos norteamericanos. Los destructores
comienzan a lanzar cargas de profundidad sobre el submarino. El sistema eléctrico
queda inutilizado, así como el de ventilación y las comunicaciones. No pueden
establecer contacto con Moscú.
Dentro de la nave la temperatura sube a 40
grados, el nivel de CO2 aumenta, el submarino lleva 2 días en inmersión y su
capacidad normal es para 4 con todos los sistemas operativos. Los marineros
empiezan a caer inconscientes.
El capitán de la nave Savitsky no sabe si ya
ha comenzado el ataque estadounidense. Ivan Semionovich Maslennikov es el
oficial político del B-59, Savitsky le consulta, quiere lanzar un torpedo
nuclear y acabar con la flota estadounidense. El ataque de los destructores es
la prueba de que la guerra ha comenzado. No pueden recibir órdenes desde Moscú.
El protocolo para caso de utilización de las armas nucleares implica que la
decisión debe ser unánime entre los tres oficiales de más alto rango de la
nave. Maslennikov está de acuerdo, adelante con el lanzamiento. El tercer
oficial es Vasili Alexandrovich Arkhipov. Realmente él es el comandante del grupo
submarino y por casualidad se encuentra embarcado en el B-59
Solo debe dar su consentimiento y el torpedo
atómico destrozará a la flota de bloqueo, tal vez ellos también mueran. Un
lanzamiento nuclear disparará los dispositivos de respuesta atómicos.
En ese momento el destino del mundo
pendió de la voluntad de un hombre que se enfrentó a la decisión de sus dos camaradas, en un
submarino convulsionado por la onda expansiva de las cargas de profundidad, en
una atmosfera saturada de CO2 y tórrida.
Si Arkipov hubiera sucumbido a la tentación de mandar al diablo a aquellos
insensatos que de forma pueril estaban amenazando de muerte a alguien poseedor
de un poder destructivo tan grande, poniéndole en una situación límite, hoy estas
palabras no estarían escritas y probablemente tampoco habría lectores para
ellas.
Finalmente el submarino emergió y el
destructor se dio por conforme.
El incidente pasó desapercibido y la
historia oficial contó como un enérgico Kennedy obligó a los soviéticos a
desmantelar las bases de misiles en cuba, con lo que el presidente subió a los
altares mediáticos. Muy arteramente ocultó
que Jruskov impuso a cambio la eliminación de los misiles en Turquia con lo que
el ruso también consiguió lo que quería.
El caso es que si alguna vez deciden cambiar
de opinión y dárselo a alguien que lo haya merecido, habría que recordar lo que dijo en 2002 Thomas
Blanton (entonces el director del Archivo de Seguridad nacional de EEUU) "un
tipo llamado Vasili Arkhipov salvó el mundo."
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